Cada una de las herramientas de investigación nuevas como el test A/B y las pruebas sobre grandes muestras de usuarios y que no son moderadas, presentan desafíos éticos. Como profesionales de la experiencia de usuario, debemos desempeñarnos como fiscalizadores. Debemos obligarnos a representar la necesidad no solo de nuestros usuarios de una gran experiencia de usuario sino también del tratamiento ético adecuado de su participación en nuestros experimentos. Un ejemplo sería el caso en el que los miembros de un equipo que aunque tenga buenas intenciones, deseen usar el video de una forma que el participante no autorizó.
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